Friday, February 2, 2007

La Verdad sobre el Scyllan (LADCA No.4, Vol 1)

Jajajajajaja... ¿y le creyeron a ese viejo pirata de acequia? Jajajajajaja... pues lamento decirles que les vio la cara. ¿Cómo van a tragarse que Albatros hizo todo eso, acaso no lo conocen? Déjenme decirles algunas cosas sobre su capitán Albatros...

Es cierto que Albatros reunió a un grupo de piratas desempleados para una misión suicida. Hacía ya varios meses que de lo único que hablaba era del Gray Tide: preguntaba, se informaba, incluso algunos dicen que lo vieron entrar a una biblioteca (aunque personalmente creo que debe haber sido para echarse una siesta, porque no me consta que Albatros sepa leer).

El punto es que Albatros zarpó de Krag una mañana con una hermosa fragata, y regresó 3 o 4 días después en un botecito. Y no es que fuera la primera vez. Por estas islas se le conoce como "el plomo" Batros, porque siempre que entra al mar, se hunde. Para suerte de ustedes, uno de los piratas que regresó con Albatros en ese botecito me contó lo que había sucedido.

Llevaban ya un par de noches viendo figuras extrañas bajo el Miundo, pero Albatros se negaba a dar marcha atrás. Ustedes saben lo supersticiosa que es la gente de mar y la tripulación ya empezaba a contar historias de espíritus de piratas ahogados, que querían llevarse a su capitán a las profundidades. Ya faltaba poco para que la tripulación del Miundo arrojara a Albatros al agua, cuando una mañana atacó el Scyllan. El enorme monstruo marino apareció de la nada, abrazó al barco con sus tentáculos y empezó a darse un festín con sus tripulantes. Los piratas trataban de oponer resistencia, pero ante el grito del Scyllan la mayoría se quedaron helados o saltaron al mar (desde donde la bestia marina los recogía aún más fácilmente). Fueron pocos los que pudieron resistir el terrorífico alarido, Albatros entre ellos, y se unieron para tratar de dañar al Scyllan. El barco ya hacía agua cuando Albatros decidió que no quería ser desayuno de monstruo marino y trepó al mástil mayor del Miundo, esperando ocultarse y que la bestia se sacie y se vaya. El Scyllan vio el absurdo intento de huida y le dio un fuerte golpe al mástil, con tan mala suerte que lo derribó, con Albatros en la punta, y ambos se le terminaron clavando en un ojo. He oído que lo más gracioso fue el grito de Albatros mientras caía, muy parecido al de una niñita a la que se le acaba de ensuciar su vestido nuevo, un “¡Naaaaaaaaaaa!” O algo por el estilo.

El Scyllan pegó otro alarido, pero esta vez de dolor. Los pocos piratas sobrevivientes tiraron los botes salvavidas al mar y emprendieron la huida. Albatros, que había salido despedido cuando la bestia se sacudía para desclavarse el ojo, logró nadar hasta uno de los botes y fue recogido. El Scyllan terminó desquitándose con el Miundo, el cual terminó en el fondo del mar... como el resto de barcos capitaneados por Albatros.

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