Monday, February 5, 2007

Los Pininos de Albatros (LADCA No. 1, Vol 1)

¿Ustedes creen que hoy hace frío? Pues están muy equivocados mis queridos amigos. Esto no es más que una brisa refrescante comparado con los helados vientos que a uno le calan los huesos en altamar. Por qué no me invitan una buena sopa caliente y les contaré una historia, una historia que tal vez les anime la noche, una historia de esas que se cuentan con sopas calientes y sin ilustraciones, porque las sopas y las ilustraciones no van juntos...

Frías son las noches en altamar, y más frías aún cuando se está amarrado desnudo al mástil mayor de un barco. El joven pirata Alquimio Batros llevaba ya varias horas en esta peculiar situación y a esas alturas no sentía nada, pero vaya que recordaba. Recordaba haberse quedado dormido en su turno de campana y recordaba los gritos de la tripulación cuando el Chesumare casi encalla contra unos arrecifes. Pero lo que más recordaba en estos momentos era a la familia del capitán Fauces, en especial a su madre...

El capitán Fauces era un viejo lobo de mar, cojo de las dos piernas, con muy mal genio y peor reputación. Llevaba varios años al mando del Chesumare, una pequeña pero veloz fragata capaz de poner en jaque al galeón más pintado. Y es que Fauces no solo no le temía a nada, sino que él mismo inspiraba tal terror que la mayoría de las veces los barcos abordados no oponían la menor resistencia. Ese era el viejo Fauces, viejo hacía ya muchísimos años, tan viejo que uno se ponía a pensar si no había hecho un pacto con algún diablo, porque a la edad que se le calculaba por aquella época, el que menos hubiera esta amarrado a una silla, loco y botando espuma por la boca, si es que seguía vivo. Pero Fauces no, él parecía disfrutar más que nunca del mar y sus fechorías. Es gracioso recordar como, aún con sus dos patas de palo, se daba el lujo de enfrentarse a cualquiera de sus piratas solo para humillarlo frente al resto de la tripulación y terminar dejándolo lamiendo la cubierta... pero eso si, aquello era lo único gracioso de Fauces. Tal vez por eso nunca se llevó bien con Alquimio Batros, el viejo capitán no tenía mucho sentido del humor a diferencia de Albatros, como solíamos llamarlo, que siempre salía con algún comentario "ingenioso" o idea descabellada. Ese muchacho parecía tener la cabeza siempre en otro lado. Es cierto que tomaba las cosas demasiado a la ligera de vez en cuando, y que muchos a su edad (20 años) ya eran piratas hechos y derechos, pero Albatros cumplía con sus labores, casi siempre, y la mitad de las veces que terminó amarrado al mástil mayor por las noches, o que Fauces lo mandaba a lijar la quilla del Chesumare (solo cuando el mar estaba muy movido o muy helado), era a causa de arranques de locura del viejo capitán que parecía tranquilizarse haciendo sufrir a su futuro verdugo. ¿Qué, no lo sabían? Pues sí, fue Alquimio Batros el que despachó a Fauces, unos años después de lo que les venía contando, aprovechando una incursión fallida que hizo la tripulación del Chesumare a la torre de un hechicero en Regal Port... pero eso es otra historia, y otra historia tiene otro precio...

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